miércoles, 14 de enero de 2015

Nota de opinión en la Comiqueando

Transgredo la premisa de "solo dibujos/ historietas" para compartir una nota que escribí para Comiqueando on-line sobre academia e historieta.
http://www.comiqueando.com.ar/secciones/desde-adentro/lauri-fernandez/

Desde Adentro

Los académicos que efectivamente son lectores e incluso creadores de historieta no representan la hegemonía en ese campo.

Lauri Fernández

14/01/2015
 
 
lauri-tapa-libroHace algún tiempo, con un compañero del equipo de investigación y crítica de la historieta de la Universidad de Córdoba, nos encontrábamos en unas jornadas de investigadores. Estos eventos suelen ser desoladores, de largos pasillos vacíos y mesas en las que el único público son los demás conferencistas. La excepción es cuando se anuncia la presencia de algún intelectual renombradísimo, ante lo cual se agolpan sujetos con anteojos, mochilas y camisas a cuadros dando el aspecto de recital hipster, pero sin rock y casi sin onda. Pero volvamos: estamos con el compañero exponiendo nuestras respectivas investigaciones acerca de Oesterheld y descubrimos con enorme sorpresa que otra investigadora también trabaja sobre historieta y le dedica un espacio a este guionista.
Sin embargo, nuestra alegría de no estar solos en la marginalidad académica se disipaba a medida que escuchábamos las barbaridades planteadas por la panelista. No eran apreciaciones subjetivas, eran errores concretos: fechas y contextos tirados a la marchanta con un admirable tono autosuficiente. Nadie parecía darse cuenta. Hicimos las respectivas devoluciones críticas que fueron recibidas con asombro, incluso por la “joven investigadora” (“¡Ah, mirá!”), pero nos fuimos llenos de bronca: ¿para qué se ponen a trabajar sobre algo que no conocen y que tampoco les interesa?
vientre_m_05Si bien narro una escena puntual, esta situación no es atípica. Aquellos académicos que efectivamente son lectores e, incluso, creadores de historieta no representan la hegemonía en ese campo, aunque una se vea tentada a suponerlo a partir de una experiencia personal. A medida que se conoce esa parte del mundo intelectual, se descubre que los poseedores de una biblioteca prolífica en historietas representan una hermosa, pero exótica, isla. La historieta parece ser un objeto de estudio de moda y de sus viñetas se cuelga cualquiera: tanto los que la leen y conocen, como gente a la que “le cae simpática”, que piensa que lo más relevante se reduce a unos pocos nombres y/o dispara un “mirá esto qué bueno como metáfora del avance imperialista en Latinoamérica y que puedo analizar desde mi enorme marco teórico de teoría política”; o académicos a los que la historieta les importa más bien poco, pero le viene bien para enriquecer el corpus de su investigación, aunque no les quite el sueño aplicar o desarrollar una metodología de análisis específica para ese lenguaje.
Regulacion075_43Edward Said (en “El mundo, el texto, el crítico”, de 2004) hace énfasis en una responsabilidad de los críticos que, creo, es muy pertinente extender a los académicos: su rol legitimador supone la instauración de parámetros y valores para entender y juzgar a las producciones culturales, lo que conlleva el delineamiento sobre determinada mirada del mundo en otros investigadores. El trabajo académico (no indefectiblemente, pero al menos, en su objetivo más altruista) sirve de matriz para otros estudiosos y por ello marca líneas de pensamiento que son, sabemos, ideológicas.  Si elaboramos teoría a partir de un objeto que no nos entusiasma y en el cual, básicamente, no creemos (aunque nos resulte “instrumental”), entonces estamos construyendo y promoviendo criterios de verdad sin sentido real, esencialmente falsos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario